martes, 22 de mayo de 2012

Voto postal desde el extranjero: despilfarro de recursos

Tras varias semanas de espera e incredulidad, por fin llegó mi paquete del Instituto Federal Electoral (IFE) para votar en las próximas elecciones en México.

Para ser sinceros fue una grata sorpresa, no esperaba realmente que llegara hasta China. Pero por una vez el correo mexicano funcionó (el chino es muy bueno), y ahora debo apresurarme a enviar mi voto de vuelta a México. 

Mi paquete recién llegado
Por supuesto, no quise dejar pasar la oportunidad de comentar al respecto, así que aquí va:

Sé que es una excelente muestra de democracia que a los mexicanos en el exterior se nos brinde una forma de ejercer nuestro voto, pero me parece un gran desperdicio de recursos públicos hacerlo por correo postal, en un mundo donde la electrónica y las computadoras facilitan la cosas.  

Sobres, timbres postales, boletas, material informativo y demás llegaron en el paquete
Justo cuando me registré en la página http://www.votoextranjero.mx, los legisladores mexicanos  estaban discutiendo si era válido el voto electrónico, y durante esos días no había otra opción: o hacía clic en el botón “voto postal” o me quedaba sin sufragar. Días después, los diputados decidieron darle luz verde a la vía electrónica, pero fue demasiado tarde: cerca de 70 mil personas tendremos que depositar nuestro voto en el buzón. 

Boleta para votar por candidatos a la presidencia
Para este ejercicio, el IFE invertirá 207 millones de pesos (más de 15 millones de dólares), por lo que el voto mexicano desde el extranjero será el más caro del mundo, en una época en que no nos sobra precisamente el dinero en el país.

Boleta para votar por jefe de gobierno del DF
Y lo peor es que el paquete que envió el IFE no sólo contiene las boletas para elegir al próximo presidente de la República y al jefe de gobierno del Distrito Federal, sino una serie de artículos que, más allá del mal gusto, representan un despilfarro innecesario.

¿O me dirán que un portarretrato de cartón, como los que vienen en las cajas de cereal, aporta algo a la democracia?
¿Portarretratos democráticos?

¿De verdad creen que algún mexicano va a pegar una calcomanía como ésta en su auto para decirle a todo el mundo que votó por correo?

Despilfarro vil de recursos
Tanta parafernalia es realmente absurda. Los mexicanos que nos registramos para votar desde el otro lado del charco obviamente tenemos el interés de cumplir con nuestra obligación ciudadana y, creo, estamos informados sobre los candidatos, además de que damos seguimiento a lo que pasa en el país.

Insisto, me parece maravilloso que mi país me dé la posibilidad de ejercer mi derecho a votar incluso estando fuera de las fronteras, pero ¿por qué siempre los administradores eligen las opciones más caras y disparatadas?

Datos interesantes.
  • Al momento de publicar esta entrada se habían recibido alrededor de 63 mil piezas postales en el extranjero con las boletas para votar por presidente, según la página http://www.votoextranjero.mx.
  • Estados Unidos es el país donde más mexicanos han recibido boletas electorales, con 45,555 piezas postales entregadas, según la misma fuente. Le siguen España (2,157) y Canadá (2130).
  • De acuerdo con el mismo sitio web, a China han llegado 132 piezas postales con las boletas y todo el material adicional (e innecesario).
  • El IFE pagará el porte de todos los sobres que se envíen, y sólo contará los votos que reciba antes de las 8:00 horas del 30 de junio de 2012, es decir, un día antes de la elección.

martes, 15 de mayo de 2012

¡Y en China se baila... aaaaaasí! Primera parte


Hubo una época en que los chinos no podían siquiera tomarse de la mano. Fue durante la Revolución Cultural, en que hombres y mujeres debían ser iguales, socialistas, patriotas. Por eso se vestían igual, se cortaban el pelo igual, y no tenían derecho a tener contacto físico en público, era mal visto e, incluso, la acción se llegaba a castigar con la cárcel. Quizá de ahí viene el que muchísimos chinos hoy en día no bailen y sean considerados “fríos” en sus relaciones personales.

Pero antes todo era diferente.

Durante los años 20 y 30 del siglo pasado, el baile estaba de moda en China. Grandes salones de baile fueron abiertos en Shanghai, zona con permanente presencia de extranjeros desde hace muchas décadas, y poco a poco la moda se extendió a otras partes del país. Los chinos disfrutaban realmente mover el cuerpo. Pero el comunismo destruyó ese tipo de convivencia, considerado como “burgués”.

Hoy en día, el gusto por el baile poco a poco está renaciendo en China. Y los jóvenes, bajo la influencia de Lady Gaga y otras “estrellas” occidentales, están comenzando a moverse al ritmo de la música, con su muy peculiar estilo.

Hace poco me encontré a un grupo de adolescentes bailando afuera de un centro comercial. Me sorprendió el hecho de que lo hicieran en público, pues los chinos son muy penosos. Pero lo que más me llamó la atención es que otras personas comenzaron a contagiarse de la alegría y el ritmo de los jóvenes.

Quizá por eso la policía, acostumbrada a disolver cualquier concentración masiva, no llegó a interrumpir el acto. No tendrían por qué. El baile no es un peligro para el Partido Comunista. Es más bien una nueva forma de expresión de los jóvenes, desconocida hasta hace muy poco.

Aquí está el video de los adolescentes bailarines.


miércoles, 2 de mayo de 2012

Chinos adictos al celular

Ningún país en el mundo tiene más celulares que China. Según las cifras más recientes, el número de usuarios de teléfonos móviles superó los mil millones.

Dicen por ahí que si se colocaran uno al lado del otro, los chinos con celular le darían una vuelta a la Tierra. Creo que es una tontería. Pero lo que sí es verdad es que la vida de los jóvenes chinos en Beijing, y en muchas otras ciudades del país, está centrándose en estos aparatos.

Cada vez es más común ver escenas como la de abajo, donde los chinos van enajenados con su celular, la mayoría jugando o viendo una película. Ya son pocos los que leen el periódico o un libro de papel. Y han llegado al extremo de ir en grupos o en pareja y no conversar, por ir atentos a su teléfono.

Nomofobia en el metro de Beijing / Foto: Juan Carlos Zamora
Muchos dirán “lo mismo pasa en mi país”. No lo dudo, es una tendencia mundial. Pero en China esta situación llega a proporciones inconcebibles.

Hace poco fui a tomar un café y vi a una pareja de veintitantos años. Estaban sentados frente a frente y no, no se comían a besos. Tampoco se tomaban de la mano. Vaya, ni siquiera se lanzaban miradas indiscretas. ¡Los dos estaban atentos a su teléfono celular!

"Amor" vía celular / Foto: Juan Carlos Zamora
Me gustaría decir que es la única vez que lo he visto, pero mentiría. La nomofobía de los chinos comienza a ser preocupante.