domingo, 29 de enero de 2012

La moda de alquilar un novio(a) en China


El amor, el noviazgo y el matrimonio en China se viven de una forma muy diferente a Occidente, tanto que a veces nos deja con la boca abierta.

Hace unos días, el China Daily y otros medios locales publicaron la noticia de una chica, estudiante de la Universidad de Beijing, que ofreció en un anunció 10 mil yuanes (más de 1.500 dólares) por un novio falso y temporal, que la acompañara a casa de sus padres durante el año nuevo chino (que inició el 23 de enero). Según señala el diario, la madre le advirtió la última vez que la vio que no regresara a casa a menos que lo hiciera con un novio.

Novia de alquiler / Imagen: China Daily

Parece absurdo, ¿no? Pero no en China, donde los jóvenes están muy presionados por encontrar una pareja y casarse lo antes posible (lo ideal es antes de los 25 años), pues al acercarse a la treintena comienzan a ser considerados como “sobrantes” (sheng), y será más difícil encontrar a alguien para formar una familia.

Pero ¿por qué pasa esto? Resulta que los chinos están muy influidos por la filosofía confuciana, de donde emana el término “xiao”, que se traduce al español como “amor filial”, o sea, el respeto irrestricto a los padres y a los mayores (no es muy frecuente ver a un chino levantarle la voz a los papás o a sus jefes). Y una forma en que los jóvenes ofrecen respeto a sus padres es casándose, pues así garantizan la continuidad de la familia.

Uno de los momentos familiares más importantes es la Fiesta de la Primavera (el año nuevo lunar), durante la cual millones de chinos regresan a casa de sus padres para reunirse con los familiares cercanos y rendir homenaje a los antepasados. Pero durante esos días, la familia puede presionar mucho a los jóvenes solteros, insistiendo recalcitrantemente en que se casen pronto y tengan hijos, lo que genera más de un dolor de cabeza a los chicos y chicas menores de 30.

De ahí que surja la desesperación de muchos por conseguirse un novio(a), aunque sea falso y sólo por unos días para “taparle el ojo al macho”, como decimos en México.

Pareja china / Foto: China Daily

Hoy, muchos jóvenes de ambos sexos publican anuncios en Taobao (un popular sitio de comercio online), donde solicitan pareja y ofrecen desde 10 yuanes por una cita de una hora hasta miles de yuanes por una pareja de varios días.

También han surgido empresas especializadas que se encargan de encontrar pareja a quien lo requiera, que cobran hasta mil dólares por un “amigo de alquiler”. En sus sitios web, los que necesitan un “amigo” especifican la edad, fisonomía y preparación intelectual que requieren. Vaya, algunos incluso ponen como requisito que el candidato sepa cocinar y que sea guapo(a). Y si se requiere un “novio” extranjero, el precio es más alto.

Chica buscando novio temporal en Sichuan
Foto: China Daily
Hay quien no necesita la presencia física de la pareja, así que sólo alquila los servicios de un “novio” para que le llame un par de veces al día cuando esté en casa de sus padres.

Hay otros que, además de la presencia en la casa familiar, requieren que el novio(a) los abrace, bese y haga cariñitos. Pero claro, eso cuesta más.

Y todo esto simplemente por la presión familiar hacia los jóvenes solteros para que se casen y no avergüencen a los padres.
  
Increíble, pero cierto.

jueves, 19 de enero de 2012

Starbucks atrae a los “wannabe” de China (y de México también)

La primera vez que tomé un café en un Starbucks de la Ciudad de México me supo a rayos. No entendí en ese entonces —y sigo sin entender— por qué tanta gente acude a los establecimientos de la firma estadounidense para tomar café malo y caro, eso sí, adornado con toda la parafernalia creada por los gringos para hacer atractivo un lugar de este tipo —incluyendo, a veces, alguna chica bonita y sonriente preguntándote si quieres tu capuchino grande o extra grande.

Habiendo tantas cafeterías de barrio con buen café, atención personalizada y mesas aptas para leer o charlar con un amigo mientras te tomas un expreso sin azúcar, y que además son negocios familiares en manos nacionales, muchos prefieren dejar su dinero en la transnacional que tiene su sede en Seattle. En fin. Cada quien sus gustos.

Starbucks en Beijing / Foto: Juan Carlos Zamora

El asunto está en que al llegar a China, hace más de dos años, descubrí que casi no se toma café. El té es la bebida reina, y el café está relegado a los chinos más occidentalizados y a los extranjeros. Pero da la casualidad que como este país es tan grande y tiene tanta gente —1.340 millones de almas, nada más— cualquier pequeño porcentaje de población se traduce en… ¡miles y miles de personas! Por eso, las cafeterías comienzan a cobrar importancia aquí, pues cada vez hay más chinos que viajan al extranjero y adquieren la costumbre —aunque sea por moda— de tomar café.

La marca abrió su primer establecimiento en China en 1998 / Juan Carlos Zamora

Y ahí es donde entra en juego Starbucks, que dio un paso adelante en 1998 y fue uno de los primeros negocios del ramo del café en llegar a China. Hoy cuenta con casi 400 establecimientos en varias ciudades importantes del dragón mayor, y cada vez más chinos entran, atraídos no tanto por el olor del café, sino por la parafernalia arriba descrita. Para muchos jóvenes, café es sinónimo de Starbucks. Qué mal por ellos. Qué bien por la empresa, que ha sabido imponer su negocio. Les ha ido tan bien que incluso hay ya clones por todas partes —nada raro en China, el paraíso de la piratería.

Starbucks pirata en la ciudad de Tangshan / Foto: Juan Carlos Zamora

Y desde el año pasado, la empresa inició su estrategia de servir diferentes variedades de té chino para captar a más gente. Y lo ha logrado. Ahora muchos jóvenes —los que marcan la pauta en el consumo de este país— han olvidado las casas de té, que están pasadas de moda, y acuden a Starbucks, que les vende lo mismo, pero más caro. Así que no sólo en México se cuecen habas.


PS. Les recomiendo un texto sobre Starbucks que escribió Eduardo (firma sin apellido) en su blog “Memorias de un barista”. Tanto su escrito como los comentarios valen mucho la pena.

martes, 17 de enero de 2012

China cambia los tallarines por la Big Mac

Hace poco, caminando cerca de la plaza de Tian’anmen, en el centro de Beijing, me encontré con un establecimiento vacío, recién remodelado, y con una gran letra “M” de color amarillo, flamante, aún con plásticos protectores. Se trataba nada menos que de un nuevo restaurante de McDonald's…, sí, uno más en China.

Invasión de McDonald's en Beijing / Foto: Juan Carlos Zamora

El gigantón de Asia se ha convertido en el tercer país con más restaurantes de la marca en el mundo, según informó recientemente el periódico Shanghai Dayli, con 1,400 establecimientos, sólo detrás de Estados Unidos y Japón. Y la meta para el 2012 es que sean dos mil. Cosa muy buena para el payaso Ronald, pero no para los chinos.

El objetivo de la marca es abrir un restaurante por día / Foto: Juan Carlos Zamora

En primer lugar, los restaurantes están invadiendo zonas históricas del país, con arquitectura tradicional. Ahora en construcciones de estilo chino antiguo se puede ver a comensales que no están tomando el té, como uno imaginaría al mirar una estructura de esa naturaleza, sino empacándose una Big Mac. Y créanme, no es nada agradable ver cómo la ola de cadenas occidentales invade lo poco que el gobierno chino no ha destruido en su afán de “modernizar” el país.

Esto me recordó un poco la lucha que sostuvo el famoso pintor oaxaqueño Francisco Toledo hace unos años para evitar que el restaurante de la cajita feliz se instalara en el precioso centro histórico de Oaxaca (ojalá algún intelectual chino levante la voz tambien).

Flamante McDonald's inmerso en un  hutong de Qianmen / Foto: Juan Carlos Zamora

Ya de los problemas que puede generar la comida de Mcdonald’s mejor ni hablamos. Pero si alguien pregunta por qué hay 12 millones de niños obesos y cerca de 200 millones de personas de todas las edades con barriga abultada, no hay que ser demasiado listo para encontrar una de las causas.